Pastela marroquí sacrílega

 
Sacrílega, sí, lo aclaro enseguida: lleva restos de asado de cerdo. La carne del relleno es jamón de cerdo asado bien picadito. Lo suyo es llevar pollo, desde luego cerdo no.
 
Es un pastel salado deliciosos que yo apañé como pude. Tenía relleno sobrante de empanadillas de carne, a su vez restos de asado de jamón de cerdo, y lo reaproveché junto con un paquete de pasta filo que tenía sin abrir en la nevera. Es un poco vergonzoso preparar así, y encima incompleto, un plato exquisito, muy celebrado y que una amiga nuestra prepara DE VERDAD muy bien.
 
Así que mi versión además de inapropiada es perralleira. El que quiera hacer una pastela auténtica que busque una receta mejor.
 
Usé un molde desmontable para tartas de 22 cm de diámetro, obleas de pasta filo redondas y un relleno que trataré de describir y que no resultó mal, aunque no lleva almendras, ingrediente fundamental. El relleno me dio para dos capas, cuando lo propio también son tres.
 
 
Ingredientes para cuatro personas
- Un plato hondo lleno de: carne picada, más que triturada, hecha hilos después de cocinada. En mi caso restos de asado que llevaban abundante romero, sal y pimienta. Añadí una cebolla picada frita condimentada con comino molido y canela.
- 8 obleas de pasta filo
- 100 gr de mantequilla
- canela en polvo y azúcar para espolvorear.
 
Primero hacemos el relleno. En mi caso, freí la cebolla picada fina, añadí comino, canela y un poco de sal, y la mezclé con la carne. Dividí el relleno en dos.
 
Precalentamos el horno a 180º y fundimos la mantequilla en el microondas.
 
Montamos la pastela: ponemos dos discos en el fondo que sobren por los lados (lo ideal es poner cuatro, pero encima andaba justa de masa) y pintamos bien con mantequilla. Ponemos otros disco, este centrado, y la primera cada de relleno. Encima montamos otra lámina, pintamos con mantequilla y ponemos otra más. Extendemos la segunda capa de relleno y otras dos láminas de masa, siempre separadas por abundante mantequilla fundida. Doblamos los bordes hacia dentro para cerrar bien la pastela y damos más mantequilla. Terminamos con los discos sobrantes.
 
Necesita 30 minutos de horno, si se dora demasiado por arriba tapamos con papel de aluminio. Fuera del horno espolvoreamos azúcar y canela en polvo.
 
La comemos enseguida, la masa filo se estropea al enfriarse. Así estará supercrujiente y ligera.
 
Crítica:
A pesar de todas las irregularidades cometidas, es un plato agradecido. Nos zampamos la mitad de una sentada -era grande- acompañada de una ensalada de brotes de espinacas, naranja y remolacha.
 
 
 


Comentarios