Pastel de chocolate con buttercream y hortensia de fondant
Hicimos este pastel entre mi hermana y yo, casi todo ella, la verdad. Yo llegué para montar las capas y pintar las flores.
El bizcocho de chocolate es el de la tarta Sacher, ya la tengo publicada, pero bien hecha: con la mantequilla blanda, y no derretida. Repartimos la mezcla en dos moldes de 14 cm, uno alto y otro bajo, pero si se tienen tres bajos, mejor.
Así que era una tarta pequeña y alta, tipo torre, pero contundente. La decoración resulta muy atractiva si no se conoce este tipo de repostería. Estamos muy orgullosas porque nos quedó delicada, sin ser cursi. Es fácil caer en la cursilería. ¿Qué odio en la "repostería creativa"?
- Los colores chillones (el colorante me da repelús, ejemplo: la tarta arcoiris) y las composiciones recargadas, en especial las tartas de varios pisos en las que la "cascada" de flores" parece c***.
- Las tartas que simulan objetos (bolsos, zapatos, pelota de fútbol etc.) o animales (comerse al perro?)
- Poner accesorios no comestibles, como poliespán, alambres, abalorios y cosas así. Sobre todo si son traicioneros.
- El papel comestible impreso o los dibujos realistas como "paisajes" o "postales".
En cambio, en nuestra tarta...
Lo más llamativo son las flores de fondant, en dos tonos (blanco, y teñido de malva) que mi hermana hizo con un molde doble de silicona, que también texturiza. Son moldes muy prácticos si se van a hacer muchas flores, y no es necesario usar pasta de modelado especial. De hecho, este fondant era bastante cativo. Hizo unas veinte, y las dejó a secar en un "formador", que es como un cilindro abierto. Luego las pintamos con colorante en gel azul de Wilton, algo diluido con agua, resaltando el centro de cada flor. No es la pintura más adecuada, es mejor en polvo, pero no teníamos.
El molde para flores es de este tipo
Para mí, el buttercream es mejor que el fondant, mi hermana está de acuerdo (la experta es ella). El fondant es una pasta de azúcar que no sabe a nada, o sabe algo a Maizena, que es lo que se usa para que no se pegue. El buttercream de mantequilla es una crema muy dulce y calórica, pero cremosa y más agradable, aunque tiene que gustar el sabor de la mantequilla. El buttercream genial es el de chocolate blanco, que aguanta a temperatura ambiente como el otro, y está muy rico. También me gusta el frosting de queso, pero no aguanta tanto.
Usamos el buttercream de chocolate blanco para rellenar el pastel y para recubrirlo. Es la receta de Alma Obregón. El azúcar glas que empleó mi hermana no es la marca de la receta, porque aquí no se consigue, puso de Mercadona. La diferencia es que, con el azúcar extrafina, no se nota nada de grano. Sí utiliza el extracto de vainilla, que no tiene nada que ver con el azúcar avainillado ni con la esencia de vainilla. Es mucho más fuerte. Hay que usar una batidora con palas para montar, y batir mucho tiempo (al menos cinco minutos).
Es importante organizarse, porque no se puede hacer en una tarde. El día antes hay que hacer el bizcocho. Una vez frío, lo guardamos en la nevera envuelto en film. También podemos hacer las flores de fondant.
Al día siguiente, preparamos el buttercream y montamos todo. Cortamos el bizcocho (el alto lo cortamos en dos) y también rebanamos las cabezas para que asentara mejor, con una lira. Puede hacerse con un cuchillo largo. Cada disco de bizcocho lo mojamos un poco (muy poco) con almíbar ligero aromatizado con un trozo de cáscara de naranja y untamos mermelada de fresa. Luego rellanamos una buena capa de buttercream y lo montamos. Podía estar más borracho, pero hay que tener cuidado porque el bizcocho debe ser firme.
El recubrimiento de buttercream se hace, al menos, en dos veces: apartamos en un cuenco unas cucharadas de la crema, y cubrimos el pastel con una capa no muy gruesa, llamada "tapamigas" o corteza. Usamos una espátula recta de acero inoxidable. Lo guardamos 15 minutos en la nevera, pero ya vimos que es poco, necesita entre 30 minutos y una hora, hasta que la superficie esté firme. Limpiamos bien la espátula, y cubrimos el pastel con una capa gruesa, intentando no rascar la superficie. Si salen migas, será otra capa "tapamigas", no la definitiva. Alisamos los laterales y la tapa con un alisador de plástico lo mejor que pudimos. Teníamos un plato giratorio, eso ayuda.
Esto es una espátula alisadora sencilla
Mientras reposaba en la nevera, iluminamos las flores con colorante azul. Así quedan más armoniosas las blancas y las lilas. Las dejamos secar un poco. Sobre la tarta ya acabada, pusimos un trozo de fondant con forma de media bola. Lo mojamos con un poco de agua y colocamos las flores en forma de ramillete, como la hortensia.
No es una repostería difícil, pero hacen falta ingredientes especiales, como colorantes o azúcar muy fina, y utensilios también especiales: espátulas, moldes, etc. Entre mi hermana y yo ya tenemos un montón de trastos! (más ella)
Como tuvimos tiempo de hacer fotos, hasta las preparamos. En la siguiente, sale también un árbol de nubes que montó mi hermana, y que, dice, piensa conservar en la despensa para otros cumpleaños hasta que no de más de sí.
Crítica:
Mi hermana es una artista, escoge los motivos con gusto y tiene paciencia. La única crítica que admito es que es el primer pastel que hacemos recubierto con buttercream liso, y tenemos que practicar más. También podíamos haber estudiado las instrucciones de Peggy Porschen, de su libro "Boutique de pastelería".
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