Arroz con bacalao


El bacalao, si no lo comprara M., casi seguro yo no lo haría nunca. Por un lado lo encuentro atractivo, sobre todo ese bacalao tan blanco, suave y jugoso. Pero por otro lado, el olor tiene algo desagradable y la textura, o se pasa de melosa o se pasa de fibrosa. Si me lo ofrecen me lo como, y casi siempre me sorprende lo que me llega a gustar, pero aún así...

M. compró un lomo de buena calidad, en el Mercado de la Magdalena, donde hay un puesto especializado en bacalao. Además no es caro. Se lo cortaron en cuatro trozos. Unos días después lo puso a desalar todo, así que cuando abrí la nevera encontré una cantidad horrible de bacalao puesto a remojo.

Cuarenta y ocho horas después cogí dos trozos y decidí hacer un arroz. Un plato de arroz es algo que siempre apetece y equilibra los sabores. No lo había hecho nunca con bacalao, por eso cuelgo la receta.

Ingredientes de arroz con bacalao:
- 2 trozos de ración de lomo de bacalao
- 1 puerro fino
- 1/2 cebolla (yo usé cebolleta, con su tallo verde)
- 1/2 pimiento morrón
- 1 taza de arroz bomba
- 1 cucharada de perejil picado
- 1 chorro generoso de aceite de oliva

Usé la olla baja de acero inox que uso últimamente para hacer paella, después de mis fracasos con las paelleras...

Primero corté cada trozo de lomo a lo largo en tres o cuatro. Me pareció que tenía bastante sal, por el olor que desprendía.

Lavé y corté el puerro en rodajas, también un buen trozo de la parte verde. Lo mismo con la cebolleta. Después corté en tiras el pimiento.

Rehogué las verduras en un fondo de aceite, un fondo generoso, porque no se va a añadir más grasa, y como decía mi abuela "el arroz pide grasa".

Cuando la verdura estuvo blanda, añadí los trozos de bacalao, y los dejé un par de minutos por cada lado. Añadí el perejil picado, el arroz y lo rehogué un poco, moviéndolo con la cuchara de madera. Luego añadí dos vasos de agua caliente. Supongo que puede ser caldo de pescado. Eso seguro que suaviza aún más el sabor del bacalao. No le eché nada de sal.

Levantó el hervor y luego bajé el fuego. El arroz se supone que no debe cocer a fuego demasiado vivo. En mi cocina de gas eso es imposible. Incluso el mínimo es demasiado fuerte. Tuve que añadir medio vaso más de agua.

Apagué cuando el arroz estuvo tierno, pero no del todo. No sé si me explico... seguramente no. Tapé la olla con un trapo limpio y lo dejamos reposar cinco minutos.

Crítica:
Menos mal que no le eché sal. Un poco y no se puede comer. Y menos mal que las verduras que le eché son más bien dulzonas... creo que admitiría muy bien un tomate natural rallado, con las otras verduras. Como a M. le gusta de verdad el bacalao le pregunté a él qué le parecía: le parece bien (si no, lo mato) pero domina el sabor del bacalao sobre todos los demás de un modo que... no pasa en otros arroces, salvo cuando hay berberechos (o demasiados berberechos).

Comentarios