Croquetas de merluza y verduras


Más historias de restillos... Croquetas, las reinas de la segunda mano. Éstas hechas con una cola y una cabeza de merluza cocidas, sobrante de merluza a la gallega. Una buena merluza, eso sí, fresca y comprada en la plaza.

Para darles vidilla añadimos verduras micro-cortadas (en brunoise) y rehogadas. Las que teníamos: cebolla, calabacín y zanahoria.

Estas economías lo son en euros, pero la verdad es que en tiempo no. Aprovechar restos supone casi siempre limpiarlos (en este caso eliminar raspas, pieles y desmenuzar). Además freír las croquetas consume bastante aceite, que puede ser de girasol, pero yo me aficioné a hacer los fritos con aceite de oliva y no veas...

El trabajo lo hizo todo M.

Ingredientes de croquetas de merluza y verduras (para unas veinte):
- Una cola y una cabeza de merluza cocidas
- 1/4 de una cebolla
- 1 zanahoria
- Un trozo de calabacín
- Sal
- Un chorro generoso de aceite de oliva
- Bechamel: el aceite de haber frito las verduras, una nuez de mantequilla, cuatro cucharadas soperas de harina, aproximadamente un vaso y medio de leche, sal, nuez moscada rallada.
- Para freir: dos huevos, pan rallado y abundante aceite.

Primero paciencia: hay que limpiar el pescado ya cocido y desmenuzarlo con cuidado, para que no vayan raspas traidoras.

Luego más paciencia: hay que picar muy fino la cebolla, el calabacín (lavado pero no pelado) y la zanahoria (raspada y lavada). En trocitos mínimos. Se fríe a buena temperatura con un poco de sal. Se escurre bien del aceite y se mezcla con la merluza.

Se hace la bechamel, que explico rápidamente: se calienta el aceite con la mantequilla, cuando está disuelta, se rehoga la harina. Se añade poco a poco la leche, luego la sal y la nuez moscada. El secreto de que no queden grumos es trabajarla a fondo con la cuchara de madera. Para croquetas la bechamel debe quedar bastante dura, o será un infierno darles forma.

Mezclamos la bechamel con el pescado y las verduras, extendemos la masa en un plato y dejamos que enfríe del todo. Así gana consistencia.

Liamos las croquetas con pan rallado. Mientras, calentamos bastante aceite en una sartén pequeña. Pasamos por huevo batido con un poco de sal y las freímos de tres en tres. Ponemos sobre un papel de cocina para que escurran el aceite sobrante.

Crítica:
¿Qué se puede decir? Primero tienen que gustar las croquetas en general, es decir, la masa. Hay gente rara a la que no le gusta la bechamel, y que seguramente ya no leerá esta receta... Las croquetas de pescado blanco son suaves de sabor, nada que ver con las de atún o las de marisco. Por eso le añadimos verduras fritas, lo que las endulza un poco, pero a cambio da matices de distintos sabores.

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