Cuernos de gacela


Una tarde de domingo, hace tiempo, tuve una visita. Lo bastante importante como para hacer algo diferente. Preparé dulces orientales, norteafricanos: Marruecos, Túnez... creo que son de ahí. Cuernos o astas de gacela (kaab ghzal) y pequeños fakkas.

Ahora hablaré de las astas. Está claro por qué se llaman así. Tienen forma de media luna y a veces se les hacen dibujos para que recuerden a huesos tallados. Están rellenas de pasta de almendra dulce.
Uno de los ingredientes clave es el agua de azahar. A mucha gente no le gusta. Huele a colonia. Pero tiene un sabor inconfundible a flores y naranja, y es más bien amarga.

Las medidas son para muchas piezas, algo que hay que tener en cuenta cuando se buscan (y encuentran) recetas orientales por la red. Con la receta completa salen tres bandejas de horno, o sea, unos treinta cuernitos. Y son muchos cuernos.

Ingredientes para los cuernos de gacela:
Para la pasta de almendras:
400g de almendra cruda molida no muy fina
40g de mantequilla a temperatura ambiente
200g de azúcar
1/4 de una cuchara de café de canela
1 cuchara y media de agua de azahar.

Para la masa:
500g de harina
50g de mantequilla derretida
Una pizca de sal
170 ml de agua de azahar ( yo no uso tanta, diluyo unas cucharadas en agua)

Primero preparo la masa: mezclé la harina con la sal, añadí la mantequilla blanda y poco a poco el agua mezclada con el agua de azahar. Amasé muy bien durante 15 minutos, Quien tenga amasadora o thermomix que lo haga a máquina, el resultado es muy bueno y 15 minutos no es un ratito.

La dividí en 4 bolas. Guardé cada una en plástico y las dejé reposar.
Mezclé la almendra con el azúcar, la mantequilla, la canela y el agua de azahar. No debe quedar demasiado seca. Se sabe el punto al coger una bolita pequeña y tratar de formar un dedo de 5 centímetros de largo. Si se rompe está demasiado seca.

Hice dedos de pasta de almendra hasta acabarla, ahí me di cuenta de que iba a haber cuernos y cuernos. Pero no hagamos chistes fáciles.

Engrasé la encimera con aceite de oliva, cogí una bola de la masa y la estiré con el rodillo lo más fino que pude. Es bastante elástica y resistente. Coloqué los dedos de pasta de la mitad hacia abajo de la hoja de masa y los tapé con la otra parte. Aplasté con los dedos para dar forma de cuernos. Esto es más fácil de lo que parece, se le coge el truco enseguida. Si sale mal, quita el relleno y tira ese trocito de masa. Corté  con una rueda dejando 3 o 4 milímetros. Es para que no se abra, y no queda nada bien que se abran en el horno.
Las coloqué en una bandeja cubierta con papel para horno y pinché cada cuerno de gacela con un alfiler (3 a 4 agujeros en todo el cuerno).

Se pueden decorar con una pinza de pastelería dentada o dejarlos sin decoración. Yo no tenía pinzas, quien se anime puede buscar alguna imagen por la red.
Tapé con un paño y dejé reposar 12 horas para que se seque la masa, yo los dejé una noche. Pero otra vez los dejé reposar sólo cuatro horas.

Al día siguiente cocieron en el horno precalentado a 160 grados, para que no se doren mucho, hasta que estén duros (unos quince minutos, pero depende del horno).

Crítica:
A mí me encantan, porque me encanta la almendra. Los que se doraron un poco más también estaban bien, no sé cuál es el objetivo de que no se doren por encima. No es tan dulce como otros platos orientales, y para merendar son fantásticos.

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