Lo que la gente abandona en Ikea camino de las cajas

Un sábado a mediodía, cuando salimos de la tienda de Ikea hacia su enorme almacén, nos dimos cuenta de la cantidad de cosas fuera de sitio que íbamos encontrando, y no por descuido del personal. No creo que les permitan el más mínimo descuido. Es cosa de la gente.

Primero quiero decir que el almacén es tan grande, sobre todo tan alto, que me recuerda siempre a la nave donde pierden el arca al final de la película de Indiana Jones. Dicho esto (no me pude resistir) al grano.

Por desgracia, nos decidimos a hacer fotos y así documentar así absurdo demasiado tarde, cuando estábamos cerca de las cajas. Ya en el pasillo central había cosas raras, como plantas en maceta abandonadas sobre un decorado de mobiliario de jardín, o toallas cuidadosamente apiladas sobre una silla.

Nos pareció sutil el abandono de un jarrón entre vasos con vela:


O el descubrimiento in extremis de que esos frasquitos de cristal para tocador no sirven para nada (ni siquiera con espejo a juego):


Capítulo aparte es lo que agarran los niños y luego hay que soltar, como este pequeño caracol de peluche tan fuera de su hábitat:


Con esto no quiero ponerme a sermonear: yo también soy ikeaconsumista, sobre todo de utensilios para cocinar, como moldes metálicos que se rayan a los dos días, mangas pasteleras que ajustan mal y pelaloquesea que uso una vez al año.

Comentarios