Charlotte de frambuesas (congeladas)

Merienda cena cursi y con té

Tuve que vaciar el congelador, para limpiar a fondo la nevera y ver por qué no enfría como debiera. Así que tuve que usar urgentemente media bolsa de frambuesas congeladas del Lidl. Como no estaba por complicarme la vida, compré bizcochos de soletilla y preparé una versión libre de charlotte aux framboises. Y tan libre... he visto verdaderas maravillas en la red (en una, en vez de bizcochos cutres, ponen biscuits roses de Reims!)Vergüenza debería darme.

Esta es una preparacion sencilla y barata. Queda de un llamativo rosa fucsia.

La textura se consigue con la gelatina y las claras a punto de nieve. También con nata montada, pero yo la sustituí por yogur.

Para darle forma usé el aro de un molde desmoltable, pero puede ser de cartón, o de emplatar, forrado con film plástico. Hice dos pequeñas.

Utilicé el robot y resultó bastante rápida de preparar (media hora) si se va con orden. Sin robot hace falta una batidora con accesorio para montar las claras. Las frambuesas congeladas se trituran con batidora, si están unos minutos antes a temperatura ambiente.

Ingredientes:
- 250 gr de frambuesas congeladas (aproximadamente)
- 6 cucharadas de azúcar normal (entre 60 y 100 gr, al gusto de cada uno) y 2 de azúcar glas
- 3 huevos pequeños
- 2 yogures naturales griegos
- 1 paquete de bizcochos de soletilla
- 1 vaso de agua, un chorro generoso de vino moscatel y 3 cucharadas de azúcar.
- 1/2 vaso de leche entera (unos 100 ml) y 5 láminas de gelatina.

Primero busqué dos platos, en los que van a quedar las dos tartas, y los dos aros de los moldes (de 16 cm). Las cantidades son para una charlotte grande.

Preparé un almíbar ligero con el agua, el azúcar y el vino, al fuego. Dejé que templara. Mojé un poco algunos bizcochos y forré las bases. Un poco significa que les echas una cucharada o los sumerges a medias en un gesto rápido; nada de empaparlos o dejarlos a remojo. Para forrar el lateral, corté una punta a cada bizcocho, mojé un poco y los coloqué con los extremos redondos hacia arriba, montando ligeramente.

Batí a punto de nieve las claras con el azúcar glas y unas gotas de zumo de limón (con la paleta a velocidad 5). Saqué y guardé en la nevera.

Trituré las frambuesas con el azúcar durante 30 segundos, velocidad 7-10. Añadí los yogures y las yemas, y batí 1 minuto velocidad 4.

Puse a remojo las láminas de gelatina en un plato, con agua fría, durante dos minutos. Mientras, calenté la leche hasta que arrancó a hervir. Fuera del fuego, añadí las hojas escurridas y mezclé rápidamente con un batidor de mano.

Eché la leche mezclada con la gelatina en el vaso batiendo a velocidad 4.

Vertí la mezcla en un bol grande, y uní las claras a punto de nieve con una espátula, esto se hace despacio. Seguramente  habrán bajado un poco en la nevera.

Empecé por la charlotte más alta. Eché la mousse hasta un tercio de la altura, cubrí con tres bizcochos mojados en el almíbar, y eché más mousse, no hasta arriba. Como la segunda tarta es más baja, sólo eché mezcla hasta acabarla.

Las decoré por arriba con un sirope espeso de frutas rojas variadas (un experimento a partir de frutos del bosque congelados del Lidl, que ya tenía preparado). Deben estar al menos 6 horas en la nevera.

Antes de servir desmoldé los aros. Está de moda poner alrededor una cinta, o algo.

Crítica:
Está bien, es bonita (cursi) y ligera. Pero yo animo a prepararla con nata montada, es más suave, mucho menos ácida que el yogur, y... con frambuesas naturales. De los 250 gr guardaría una parte para decorar, y así la crema saldría menos rosa. También es para reflexionar la mezcla mascarpone+frambuesas.

 

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