Empanada de bonito


Empanada, ya no completa

La empanada de bonito es la más corriente por aquí, y a veces la más rica. No resulta seca, queda al punto de sal... Incluso con conservas no demasiado buenas.

A mi madre no le gustan las empanadas, no son precisamente digestivas. Le sienta mal la cebolla, el pimiento, y las masas gramadas. O sea todo, pero critica siempre el exceso de cebolla. Bueeeno, sin cebolla no quedan jugosas, sobre todo ésta, que ni tomate lleva.

Quien sabe hacer empanadas, es decir, quien las hace a menudo, no encuentra que sea un c. Ya se sabe que las hay estupendas en las panaderías, pero al hacerlas en casa se puede aprovechar para poner rellenos diferentes (la de bonito es una clásico, pero no suele llevar ventresca) y sobre todo para hacerlas vegetarianas.

Más familia... mi suegra, que es una virtuosa en este tema, hace una empanada de zamburiñas que es espectacular. Mi abuela también las hizo toda la vida, sobre todo de carne, para aprovechar restos, y si llevaban costilla pues también. Hoy nos parecería un incordio... por lo menos a mí, igual que una empanada de conejo o una de sardinas enteras. No le veo la gracia.
Un día voy a hacer una empanadas berciana, tiene ingrediente secreto.

Preparé una masa mixta para aprovechar restos de harina que no gasto: de maíz y de centeno... de ahí la etiqueta de "ropa vieja". Aunque la masa de harina de trigo (de fuerza) es la más adecuada para esta empanada.

Lo que hace agradable/incomible la empanada es la masa. Es como el arroz, se le eche lo que se le eche, si no está al punto malo. Mi abuela gramaba un poco al amasar, nada más. Por eso recordaba al pan, la superficie dura y tostada. Mi suegra no grama al amasar, estira bien la masa y aceita el molde con aceite del rustrido. Al sacarla le echa de nuevo aceite, coloca un plato o tazón al revés encima y tapa con un trapo, para que con el calor la ablande. Es curioso, porque al añadir varias veces grasa la masa se hojaldra ligeramente. Ella considera clave el recipiente en que se hornee, le tiene aprecio a una fuente ovalada, de lata recubierta con porcelana, donde dice que se asa de maravilla.

Bueno, ya, tampoco se trata de hacer un tratado sobre empanadas.

Ingredientes:
Para la masa: 200 gr de harina de trigo de fuerza, 200 gr de harina de maíz, 100 gr de harina de centeno, 180 gr de agua, una cucharadita de sal, 40 gr de levadura fresca de panadería, 10 cucharadas del aceite del rustido.
Para el relleno: 2 cebollas del país grandes, 1 pimiento rojo, 3 latas de 120 gr de ventresca de atún.
Para abrillantar: 1 huevo  pequeño y dos cucharadas de leche.

La hice en el robot, pero es fácil hacerla a mano. Me he vuelto cómoda. Usé un molde redondo de quiche.

Hay que empezar por el relleno: eché el aceite de las latas y un chorro más de aceite de oliva en la sartén, y rehogué a fuego lento la cebolla cortada en gajos finos y el pimiento en tiras. Una vez listo, añadí la ventresca sin romper los trozos y removí despacio. Ajustar de sal, a mí me pareció que no necesitaba.

Eché en el vaso de la My cook el agua, y calenté 30 segundos a 40 grados, velocidad 2. Añadí la levadura y mezclé 10 segundos a velocidad 3. Luego eché el aceite del rustido y mezclé otros 10 segundos a velocidad 3. Ahora le toca a la harina, pero es mejor no echarla toda de golpe. Se mezclan bien las tres harinas y se añade la mitad. Amasé 1 minuto. Luego eché el resto y la sal y amasé otro minuto. Si se echa todo de golpe, y el líquido es escaso, el robot se recalienta y además no amasa bien.

Dejé reposar una hora y media, para que levara. Aún así no sube mucho, porque lleva bastante harina de maíz.

Puse a calentar el horno a 180 grados.

Enhariné bien la encimera y extendí la mitad de la masa lo más fine que pude. Se romperá, así que se va cubriendo el molde por trozos, pegándolos con los dedos.

Eché el relleno frío y cubrí con el resto de la masa estirada, otra vez por trozos. Con un cuchillo, marqué porciones.

Pinté con huevo batido con leche, porque no me quedó ni gota de aceite.

Estuvo en el horno unos 40 minutos, que no es mucho para una empanada, pero no quería que se resecase.

Crítica:
La masa es particular, no es pan-pan. Para mi gusto, un poco pesada. Salió sabrosa (con ese relleno no me extraña) y bien de sal.

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