Reedición del carnaval. Sorpresa culinaria y otras
Porque además de sopresas culinarias, sufro como todos reformas laborales que me dejan con la boca abierta y no saciada (como si no comiera) con la respuesta sindical.
Tuvimos un cocido de carnaval el sábado, porque pase lo que pase se come cocido. De ahí que me pusiera a hablar de dulces árabes (ver entradas anteriores). Por no pensar en el cerdo.
Cocido en casa de mis suegros
Le pregunté a mi suegra cómo hacía las orejas (las dulces). Ya tengo una receta en el blog, así que no se trata de volver a ella con mucho detalle.
No se debe hablar de la suegra, haré una excepción. La sorpresa viene de la tradición. ¿Qué c. es la tradición? Yo creía que se encontraba, por ejemplo, en la comida tradicional. ¿Dónde si no? Pero todo es relativo. Mi suegra hace las orellas con muchos huevos (seis), harina de trigo, un poco de sal, un chorro de anís, ralladura de limón, dos gotas de esencia de anís (esto es un aviso) y Tulipán. TULIPÁN!!! Su madre que en paz estea ya las hacía con este extraño elemento. Tulipán o margarina, aclara, que también vale. Nada de manteca de cerdo cocida... Lo que yo pensaba que era la ESENCIA MISMA de las orellas.
La verdad es que le salen buenísimas, muy crujientes y bonitas. Me explicó cómo hay que estirarlas... que ése es el secreto. Divide la masa en dos, coge una parte y la estira a lo largo. Luego corta cuadrados y los vuelve a estirar mucho, todo lo posible. Corta cada cuadrado en dos triángulos, coge uno y lo estira un poco más con las manos antes de echarlo a la sartén. Allí le da forma de lazo con ayuda de dos tenedores.
Otra cosa que le sale muy bien son las filloas para acompañar al cocido. No las tomamos de postre. Las hace una vez más con muchos huevos (ocho) y las cuaja con ayuda de un trozo de tocino, pero mojándolo en un platito con aceite. Esto del tocino me dejó más tranquila, me dice que las hace con margarina y me mata.
Montaña de filloas
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